El Día de la Candelaria tiene sus orígenes en una celebración católica que alude a la purificación de la Virgen María, 40 días después del nacimiento del niño Dios, así como la presentación de Jesús en el templo.
Una vez que esta tradición llegó a México -en la época del Virreinato-, coincidió la fecha de esta celebración con las tradiciones prehispánicas, que de acuerdo con el calendario Maya, correspondía a la bendición del maíz para el inicio de la cosecha, la cual se festejaba con tamales y atole hechos a base de maíz.
De ahí que, al combinarse ambas costumbres, se creó el tradicional día de las tamalizas, como lo conocemos ahora. La palabra tamal, de hecho, se dice que proviene del náhuatl “tamalli” que significa envuelto.
En México, los tamales se consumen desde hace siglos, mucho antes de la llegada delos españoles; sin embargo, el tamal, tal cual lo comemos ahora, es producto de una fusión que se dio entre el platillo prehispánico y el español.
El tamal mexicano se parecía más a una tortilla que iba envuelta en una hoja de maíz, que servía para acompañar otros platillos; pero con la llegada de los españoles, éstos se fueron modificando cuando les agregaron manteca de cerdo, algunas especias y los rellenaron con carne. Hoy se estima que existen más de cuatro mil variaciones de tamales, los cuales varían por el tipo de hoja, masa, relleno, salsa, etcétera.
Tradición católica
De acuerdo con la tradición católica en México, cada 2 de febrero se celebra la purificación de la Virgen y se presenta a Jesús en el templo, para ello, las familias visten con ropones a los niños Dios que estuvieron en el nacimiento que se acostumbra a colocar durante la temporada decembrina en los hogares mexicanos y los llevan a misa.
El nombre hace referencia a la celebración en honor a la Virgen de la Candelaria, recordando las candelas que la virgen llevó durante la presentación del niño Dios a los fieles que, de acuerdo con el catolicismo, representa la luz que llega a iluminar el mundo.
