El día que Cristo visitó el infierno

6.30.2023
Cultura

Este hecho se desarrolla en la segunda parte de un evangelio apócrifo, el Evangelio de Nicodemo. Unos sacerdotes  cuentan cómo en el retorno de Galilea –donde habían sido testigos de la ascensión de Jesús hasta Jerusalén– les salió al encuentro una gran muchedumbre de hombres vestidos de blanco, que resultaron ser los resucitados con Jesús. Entre ellos reconocieron a dos que se llamaban Leucio y Carino, que les contaron los maravillosos acontecimientos tras la muerte del Maestro, entre ellos su visita a los infiernos.

Nicodemo lo cuenta así: «Estábamos nosotros en el infierno en compañía de todos los que habían muerto desde el principio. Y a la medianoche amaneció en aquellas oscuridades como la luz del sol, y con su brillo fuimos todos iluminados y pudimos vernos unos a otros. Y al punto nuestro padre Abraham, los patriarcas y los profetas y todos a una se llenaron de regocijo y dijeron entre sí: “Esta luz proviene de un gran resplandor”. Entonces el profeta Isaías dijo: “Esta luz procede del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”». Los antiguos patriarcas comenzaron a regocijarse de inmediato con la liberación que se les avecinaba, mientras que Satán prevenía a sus huestes a fin de que se prepararan para recibir a Jesús.

Satán mandó reforzar las puertas del infierno, pero al conjuro de una voz celestial «se hicieron añicos las puertas de bronce, los cerrojos de hierro quedaron reducidos a pedazos, y todos los difuntos encadenados se vieron libres de sus ligaduras, nosotros entre ellos». Entonces «penetró dentro el rey de la gloria en figura humana, y todos los antros oscuros del infierno fueron iluminados. Enseguida se puso a gritar el Infierno mismo: “¡Hemos sido vencidos!”». Jesús tomó por la coronilla a Satanás y se lo entregó al mismo Infierno para que lo mantuviera recluido. Luego condujo a todos los patriarcas fuera de esas oscuras y calientes cavernas, comenzando por Adán y siguiendo por Henoc, Elías, Moisés, David, Jonás, Isaías y Jeremías, Juan Bautista…

Es evidente la influencia de elementos de la mitología griega en esta historia. La idea del infierno se asemeja mucho al inframundo griego y Jesús podría ser una especie de Heracles (Hercules para los romanos) renacido que desciende a los infiernos a rescatar a sus amigos. Desconocemos por qué fue borrado de los evangelios reconocidos por la iglesia pero este pasaje de la vida de Cristo resulta fascinante.

Redacción IMGGustavo Mendoza

Politólogo de la Universidad Autónoma de Querétaro y estudiante de leyes. Gestor corporativo con experiencia de más de 10 años en la industria privada.

Entradas relacionadas