Con un reparto de ensueño que incluye a Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Rob Morgan, Jonah Hill, Mark Rylance, Tyler Perry, Ron Perlman, Timothée Chalamet, Ariana Grande, Scott Mescudi, Cate Blanchett y Meryl Streep, "No miren arriba" se ha posicionado como el largometraje más visto en Netflix en los últimos días debido a su humor negro y su ciencia ficción llevada a un punto exagerado, pero siempre apegada a la dinámica social y mediática que se sigue en la actualidad.
Se va a acabar el mundo. Es el tema central de la película cuya duración es de 2 horas con 18 minutos en los que el personaje personificado por DiCaprio, un científico investigador profesor de doctorado, junto a su pupila (Jennifer Lawrence) descubren que un meteorito de características apocalípticas impactará el planeta con el potencial de erradicar toda forma de vida, información que, a pesar de lo impactante que resulta en su naturaleza no permea como debería a nivel político, institucional y mediático. La película es una clara crítica a las políticas que se siguen en la actualidad alrededor del cambio climático.
A pesar de las duras críticas de las que ha sido objeto el filme, lo destacado es que critica un pacto sistemático entre los medios considerados como tradicionales y los electrónicos como lo son las redes sociales, a partir de la trascendencia informativa siempre bajo el control de la autoridad, incluyendo las características superficiales de la información que se consume en la actualidad. Imposible no recordar teorías como la agenda setting, misma que propone a los medios de comunicación convencionales como responsables de establecer los temas a abordar, su importancia, impacto y nivel de debate, tal cual como se ejemplifica en el largometraje.
Cabe mencionar que la teoría de la agenda setting se basa en su mayoría en un estudio realizado por McCombs y Shaw en 1972, el cual refiere a que la gente considera unos temas más destacados que otros en proporción directa a la importancia que le dan los medios, además enumera tres componentes que coordinados establecen las prioridades informativas y mediáticas, como lo son: la vigencia en el entorno, el consenso entre diversos sectores de la sociedad como autoridades, comunidad científica y medios de comunicación y la transmisión de la cultura.
McCombs propone, como premisa de este proceso, que “el grado de sintonización entre la agenda mediática y la del público, es directamente proporcional a la exposición del público a los mensajes de los medios”.
Una carga sustancial de humor negro se refleja en el guión, el cual incluye la mayoría de dinámicas destacadas al momento de difundir un mensaje. Sin duda una obra digna de análisis. Aunque por momentos aletargada, el argumento es lo suficientemente sólido para mantener al espectador atento, incluyendo las destacadas participaciones de un reparto que por sí mismo, llama la atención. Si bien apenas ha alcanzado una aceptación de 55 en Rotten Tomatoes, es una opción destacada para disfrutar en estos días, para muchos, con baja actividad laboral.
DiCaprio y Lawrence: oscuras críticas
Aunque en México "Don't Look Up" se ha posicionado como la película más vista en Netflix, la prensa especializada en lo general no recibió el regreso de DiCaprio y Lawrence a la pantalla grande de la mejor forma: los principales y duros señalamientos van sobre el guión pues sugieren que este no aborda de manera sustancial el tema del fin de la humanidad y se limita sólo a criticar de forma trivial la crisis climática actual.
The Hollywood Reporter fue uno de los medios que la hizo pedazos, pues señaló que es "una sátira cínica, insufriblemente engreída y llena de estrellas que pretende comentar la falta de atención política y mediática a la crisis climática, pero que en realidad solo la trivializa".
Por su parte, IndieWire no se quedó atrás, pues mencionó que "no es lo suficientemente inteligente para ser una llamada de atención ni lo suficientemente impactante para asustar a la gente".
Mientras que The Guardian, dijo: Es "un sketch de Saturday Night Live de 145 minutos sin la brillante comedia de Succession, serie que McKay coproduce, ni la seriedad que el tema podría requerir de otro modo".
En cuanto a lo bueno, el New York Post lo único que rescató fue la actuación de DiCaprio y Lawrence, pero esto no fue suficiente para salvar toda la película.
