Empezar con el pie derecho pocas veces sucede en condiciones tan ideales como ls de Wolf Cukier: un becario de la NASA que a sus 17 años descubrió un nuevo planeta en su primera semana de trabajo.
El joven practicante estaba encargado de observar variaciones en el brillo del mapa estelar mediante las lecturas del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satélite, por sus siglas en inglés: Satélite de Vigilancia de Exoplanetas en Tránsito). Y al revisar una señal que parecía ser un binario eclipsante (un sistema en el que dos estrellas giran en órbita en eclipse permanente desde el punto de observación) el hallazgo terminó significando un nuevo planeta.
Gracias a la revisión más meticulosa de Cukier, se descubrió el planeta nombrado TOI 1338 b: que tiene nada menos que casi 7 veces el tamaño de la tierra, ubicado a 1,300 años luz de la tierra y que tiene 2 soles en su sistema solar: uno de los cuales es 30 % más grande que nuestro sol.
El pasado 6 de enero, durante la reunión anual de la Sociedad Astronómica Estadounidense se confirmó oficialmente el descubrimiento tras verificar los datos y observaciones de la comunidad científica norteamericana.
