Hace casi 55 años, el 8 de febrero de 1969, un objeto celeste impactó en el poblado de Allende, ubicado en el estado de Chihuahua.
El estruendo sorprendió a los vecinos de la zona, por lo que salieron de sus casas para observar lo que había sucedido; al acercarse descubrieron que un meteorito había cruzado la atmósfera terrestre, partiéndose en miles de pedazos; de los cuales se pudieron recuperar casi dos toneladas.
El origen de este meteorito se remonta a la formación del sistema solar, por lo que con el paso de los años se ha convertido en uno de los objetos espaciales más estudiados de la historia.
Una de las primeras investigaciones que se hizo fue conocer su trayectoria en el sistema solar, partiendo de la base de que ingresó a la atmósfera terrestre desde el suroeste del Pueblito Allende. Dicha trayectoria alcanzaba la distancia de la órbita del planeta Júpiter, por lo que el objeto proviene de esa región del sistema solar.
Es importante mencionar que durante ese mismo año, el Laboratorio Lunar de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), esperaba recibir muestras de la Luna ese mismo año, esto con la misión Apolo 11, sin embargo la caída de este meteorito adelantó los planes; convirtiéndose en el primer objeto estudiado en este laboratorio.
Al determinar la edad de este meteorito muchos se asombraron, pues sus isótopos indicaban que tenía alrededor de 4 mil 570 millones de años, es decir que se formó antes de que el Sol comenzara a brillar; Allende está conformado por más de 100 minerales, muchos de ellos conocidos en la tierra.
Es importante mencionar que entre sus componentes moleculares se encontró agua, esto se determinó gracias a un experimento desarrollado por el Instituto de Ciencias Nucleares.
Actualmente uno de los fragmentos de el meteorito Allende se exhibe en el Museo de Mineralogía “Eduardo Villaseñor Söhle”, que se encuentra ubicado en la sede San Matías de la Universidad de Guanajuato.
