La vida y legado de Alison Hargreaves, la primera mujer alpinista que coronó el Everest
La alpinista británica Alison Hargreaves logró una impresionante hazaña en 1988 al coronar las seis grandes caras norte de los Alpes en una temporada de invierno, convirtiéndose en la primera montañista en lograrlo. Entre sus ascensos destacados se incluye el Ama Dablam en Nepal. Alison tenía la intención de escalar las tres montañas más altas del mundo en solitario, el Everest, el K2 y el Kangchenjunga. Con éxito, logró coronar el Everest el 13 de mayo de 1995 sin oxígeno suplementario ni el apoyo de un equipo de sherpas, convirtiéndose en la primera mujer en coronar la montaña más alta del mundo.
Desafortunadamente, sólo tres meses después, el 13 de agosto, falleció en el descenso del K2, la segunda montaña más alta del mundo, debido a una fatal tormenta que se desencadenó mientras bajaba. En ese momento, Hargreaves había logrado coronar uno de sus tres objetivos, y planeaba escalar los otros dos en solitario. A pesar de su trágico final, su legado como una de las más grandes alpinistas británicas prevalece. También dejó un hijo, Tom Ballard, quien heredó la pasión por la montaña de su madre y también se convirtió en un alpinista famoso antes de desaparecer posiblemente escalando el Nanga Parbat el 24 de febrero de 2019; Mientras que su hija, Kate Ballard, es instructora de esquí y snowboard y yoga.
La gran hazaña de Alison permanece como un recordatorio del increíble poder del cuerpo y el espíritu humano cuando se enfrenta a los desafíos más extremos de la naturaleza, además dejó un legado duradero en la comunidad de alpinismo y continuó inspirando a otros montañistas, incluso después de su muerte.
