La masacre de Casas Viejas, el asesinato de anarquistas en la dictadura en España

1.18.2021
Historia

Decía Francisco Giner de los Ríos que España era el drama de “un pueblo empecinado en convertir la utopía en realidad, lo absoluto en relativo y el más allá en aquí y ahora”.

Y esta frase del fundador de la Institución Libre de Enseñanza en 1876 es un buen resumen para abordar lo que sucedió algunos años después en una pequeña aldea de la provincia de Cádiz, cuando la II República se estaba desarrollando en España. Esa pequeña aldea se llamaba Casas Viejas.

Los hechos ocurrieron en 1933, uno de los acontecimientos más trágicos de la II República.

Desde hacía un año el sindicato anarquista CNT (Confederación Nacional de Trabajadores) venía llamando a la huelga y la insurrección, cuando el 10 de enero de 1933 comenzaron a producirse disturbios en la provincia de Cádiz.

Al día siguiente, el 11 de enero, un grupo de campesinos anarquistas rodearon el cuartel de la Guardia Civil de Casas Viejas hiriendo a dos ocupantes. Desde las dos de la tarde fueron llegando fuerzas del orden, que tomaron el pueblo y se dirigieron a la choza de un tal Seisdedos, donde se habían refugiado algunos implicados en los hechos.

Tras tiroteos e intentos de asalto, los guardias prendieron fuego a la choza, muriendo varios de sus ocupantes. Al día siguiente, cuando la situación estaba ya controlada, ejecutaron a varios campesinos.

El trágico balance (23 civiles muertos) se convirtió inmediatamente en una crisis política: la oposición tanto de izquierda como de derecha atacó al gobierno, al que consideró responsable de lo sucedido.

Debido a ello se fueron separando paulatinamente del gobierno, hasta salir de él en septiembre de 1933, dejando a los republicanos de izquierda en minoría. La derecha, para nada amiga de los anarquistas a los que detestaba, aprovechó el acontecimiento para desgastar al gobierno y preparar a conciencia las elecciones de noviembre de 1933 que le dio la victoria.

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