En 1810, la corregidora de Querétaro, Josefa Ortiz de Domínguez, logró comunicarle al cura Miguel Hidalgo y a José María Morelos que la conspiración había sido descubierta, por lo que rápidamente comenzaron el levantamiento en armas del pueblo.
Fueron 11 largos años de constante lucha para que por fin, el Ejército Trigarante, entrara de manera triunfal a la Ciudad de México, logrando así la independencia del virreinato, se acordó declararse un imperio, sin embargo, la rápida muerte de Iturbide, México se convierte en una República, es por eso que se cuenta con dos cartas de independencia.
En 1824, la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, estaba lista para firmarse y Querétaro corría el riesgo de ser integrado a los estados de San Luis Potosí y Ciudad de México.
La propuesta fue realizada debido a la cercanía de ambos estados, al ser considerada la cuna de la independencia se buscó que Querétaro fuera parte de la metrópoli central de México.
El 4 de octubre de se mismo año se declaró a Querétaro un estado libre y soberano dentro del territorio mexicano, otorgando así sus propios poderes.
Es así como Querétaro logró obtener el reconocimiento como Estado de la Federación, logrando albergar muchos años de historia, llegando a ser incluso durante un tiempo capital de la República Mexicana.
