Cada 16 de mayo es conmemorado el Día Internacional de la Luz, celebración que fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para comprender la relevancia y progreso, así como las contribuciones de la luz en todas las áreas y aspectos de la existencia humana.
A lo largo de su existencia, el ser humano ha estado rodeado de fuentes naturales de luz, por lo que adquirió la necesidad de producir su propia luz.
Objetos como la lámpara de aceite y la vela se han utilizado desde la antigüedad, los cuales poco a poco fueron evolucionando hasta que llegar a la lámpara incandescente, la cual es asociada con la luz artificial; esta fue creada en 1879 por Thomas Alva Edison, sin embargo este no fue el inicio de la “luz”.
En 1831, Michael Faraday, contribuyó con su trabajo de electromagnetismo, el cual fue crucial para el desarrollo de la lámpara incandescente y otras tecnológicas eléctricas. Este descubrió la inducción electromagnética, que sirvió para el funcionamiento de dispositivos electrónicos, incluyendo motores, generadores y transformadores.
Es importante mencionar que varios científicos y filósofos han contribuido a la comprensión del fenómeno de la luz, incluyendo a Isaac Newton y James Clerk Maxwell.
Según Newton, la luz consistía en partículas o corpúsculos, que se movían en línea recta. Esta teoría explicaba bien la reflexión y la refracción de la luz, pero esta tenía dificultados para explicar otros fenómenos.
En el siglo XIX, Thomas Young y Agustin-Jean Fresnel propusieron que la luz se comportaba como una onda y no como una partícula, esto ayudó a explicar fenómenos como la interferencia y la difracción, donde la luz demuestra propiedades de superposición.
Por otra parte, a principios del siglo XX, Albert Einstein y Max Planck, introdujeron la teoría cuántica, que describe la luz como partículas discretas llamadas “fotones”. Esta teoría explicaba fenómenos como el efecto fotoeléctrico, donde la luz puede liberar electrones de un material.
