Crónica de un 5 de Febrero: AMLO, Creel, Norma Piña y Kuri

2.6.2023
Opinión

Un auténtico despliegue de atención fue el que se pudo observar el 5 de febrero y los días previos en Querétaro. Fuerzas armadas y autoridades estatales se preparaban para recibir al morador de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador con motivo del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución Mexicana. Un operativo sin precedentes tuvo justificación en lo que sería la visita de los 32 gobernadores a la capital del estado, primero en una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores y, luego, en la pasarela de discursos y demás que se acostumbra en torno a la figura presidencial en el Teatro de la República.

Desde el sábado, las calles del Centro Histórico fueron tomadas por el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, regulando tanto el flujo vehicular como el paso peatonal a ciertas zonas del primer cuadro queretano. La incomodidad no se hizo esperar, sin embargo, las cosas recrudecerían para el domingo, cuando desde primera hora el paso vehiculas a partir de Zaragoza, Vergara, 5 de mayo y Universidad se interrumpió en su totalidad. Atrás quedó el discurso de cercanía, pues los gobernadores y el cuerpo de gobierno federal se apersonarían en la Casa de la Corregidora para desayunar y charlar con el primer mandatario.

Eran múltiples filtros y una dinámica que recordaba la que prevalecía cuando gobernaba Calderón, años en los que desde días antes pernoctaban efectivos federales en torno al Jardín Zenea para resguardar la seguridad presidencial. Para este 5 de febrero se establecieron varios filtros entorno a Palacio de Gobierno en Plaza de ARmas y el Teatro de la República, el recinto legislativo en cuestión.

Filtros de seguridad establecidos en avenida Corregidora.

El Teatro de la República y la ley del hielo

La llegada de los funcionarios, a pesar de que varios estuvieron presentes en lo acontecido en Palacio de Gobierno, la Casa de la Corregidora pues, fue rápida, ágil y con cuantioso resguardo. Uno a uno fue arribando a bordo de camionetas a la puerta del otrora Teatro Iturbide. Una vez ahí, saludar, reí, dialogar y tal vez intercambiar una que otra opinión, hasta que llegó el niño de la fiesta, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario saludó a los cómodos e incómodos, entre ellos a su amigo, (porque él mismo lo ha dejado claro), Francisco Domínguez, exgobernador del estado que yacía entre los invitados de honor, junto al también exgobernador Hugo Burgos y Mariano Palacios, con quienes se tomó la obligada fotografía que fue directo a redes. Pancho podría ser el, en su momento gobernador, más querido por el fundador de Morena, e incluso más respetado; cómo olvidar cuando salió en su defensa ante preguntas incómodas que le asestaron durante una mañanera desarrollada en la 17va. Zona Militar.

Lo primero que llamó la atención de los presentes fue la indiferencia con la que la presidenta de la Suprema Corte de Justicia recibió la entrada de AMLO. La Ministra, Norma Piña, decidió no levantarse de su asiento al momento de que López Obrador ingresó al recinto ubicado en el cruce de las calles Madero y Juárez. Cuestión que la mañana de este lunes el mandatario aprovechó a su favor pues lo consideró un acto que ratifica la separación de poderes que dice, su gobierno se ha esforzado por establecer.

“En la formalidad desde el Porfiriato se hablaba de la división, del equilibrio entre los poderes, pero en la realidad el poder de los poderes era el Ejecutivo. ¿Cuándo se había visto que se quedara sentado el Presidente de la Corte en un acto? Eso me llena de orgullo porque significa que estamos llevando a cabo una transformación. Ya no es el presidente el que le da órdenes a ministros”, aseguró AMLO.

Otro que llamó la atención de los presentes fue Santiago Creel, presidente de la Cámara de Diputados, quien en fechas recientes hizo patente su desacuerdo con los términos decididos desde la oficina presidencial y que incluso, se reflejó en la zona que fue destinada para su presencia: a la esquina, a un costado del atril de oradores y a la derecha de Norma Piña, la presidenta de la Suprema Corte, algo que ista del protocolo de Estado que, asegura Creel, debió haberse seguido puesto que en efecto, se trata de los dos poderes de gobierno que en teoría, están al nivel del Ejecutivo: el Judicial y el Legislativo.

Santiago Creel y Norma Piña fueron reacomodados "de último minuto".

En su turno a la voz, el también panista, arremetió contra las decisiones, el rumbo y las medidas que ha tomado López Obrador, sobre todo, dijo, con las formas o los medios para establecer acuerdos, dejando todo en las manos del poder judicial. Fue un claro enfrentamiento directo, Santiago a los ojos de AMLO, AMLO a los ojos de Santiago. Discursos que se oyeron, vieron y parecieron desarrollarse bajo un tema de confrontación, sin duda, constituyeron el momento más tenso del protocolo.

"Existe desacuerdo sobre el combate a la violencia, la cuestión social, la impunidad y la corrupción. A pesar, y muy a pesar, de que estos asuntos están integrados en la Constitución, algunos de ellos inclusive desde 1917, sin embargo, el desacuerdo prevalece no en los fines, sino en los medios para darles cumplimiento. Es un gran equívoco pensar que los grandes problemas del país pueden resolverse con ordenamientos constitucionales que no se cumplen, o peor, con cambios a las leyes como si por el mero hecho de reformar una norma la realidad automáticamente cambia”, señaló el legislador.

Con todo y la modificación del protocolo, López Obrador no pudo evitar tener a su izquierda a un panista que, como legislador y presidente de la Cámara Alta, encabezó una andanada de desacuerdos contra las determinaciones e intensiones presidenciales. El discurso de Mauricio Kuri, ahora gobernador de Querétaro, fue en una línea similar aunque más política: criticar de forma ácida el plan B presidencial en materia electoral, pues dijo que la Constitución debería estar más allá de planes para concretar una voluntad unilateral.

“La Constitución tampoco admite, ni entonces ni hoy, atajos, planes o procedimientos legislativos para violentarla” aseveró, Kuri, quien también invitó a restablecer el diálogo y los acuerdos políticos en favor del país.

La tarde concluyó entre suspiros encontrados, algunos contagiados por los enfrentamientos, otros sumergidos en la tranquilidad de presenciar el fin de una tensa jornada. Lo cierto es que las emociones estuvieron al cien por hora en cuanto lo visto, percibido y escuchado en el 106 aniversario de la Constitución de nuestra nación.

Redacción IMGRicardo Sánchez

Lic. en Ciencias de la Comunicación

Entradas relacionadas