Hace más de un año, a principios de agosto, Laura Martínez, originaria de Nuevo Laredo, fue a comprar huevo a la tienda, como hacemos todos, pero en esta ocasión encontró unos que vendían de huevo de gallo y gallina, por lo que decidió comprar un cono completo.
Pasaron los días, y para cuando decidió comer el primer huevo del cono, éste le salió con sangre, así que decidió mejor no seguir consumiendo los huevos comprados, los cuales dejó a un lado e ir a comprar más huevo.
“Pasó el tiempo y el día 23 de agosto yo andaba cocinando y estaba escuchando un pollito, yo pensé que era de aquí de enfrente, donde tenían varios animalitos y pensé que se había cruzado un pollito, y de repente volteo para la barra (de la cocina) y veo que está el pollito adentro de la tapa (de huevo) que yo había hecho a un lado y empecé a gritar como loca toda espantada y emocionada, que no me la creía y agarré el celular y lo grabé”, narra Laura Martínez.
Pese a que la familia no es muy afín a las mascotas, Laura dice que comenzaron a cuidar a “Chicky”, como nombraron al pollito, debido a su tamaño chiquito; sin imaginar que hoy, a más de un año, Chiky se convertiría en su mascota y escolta personal.
“Vengo de la calle y me está esperando en el portón. Me acompaña hasta la entrada de la casa y salgo de la casa y me acompaña hasta el portón y así lo traigo, es algo muy raro, pero siempre me sigue, me anda cuidando, me escolta para todos lados”, relata.
Chicky habita en el patio de la casa, en el que se ha criado con todos los cuidados que le da Laura, su esposo y sus dos niñas, quienes están felices de tener este amigo emplumado que además es un fiero y celoso guardián de su hogar.
