Xochipilli: el prìncipe de las flores

11.15.2019
Cultura

La educación era un aspecto que, en las culturas conformadas por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, en el Excan Tlatoloyan, estaba por encima de todos los demás elementos que conformaron el imperio mexica.


La educación fue la que permitió que dicho imperio creciera como lo hizo. No sé trataba solo de modales y de la enseñanza de las costumbres y tradiciones, sino sobre todo de cultivar el arte, que es uno de los factores más importantes de cualquier civilización.


Era tal la importancia de estos aspectos que existió un dios para los artistas, los poetas, los pintores, los cantantes y los escultores: Xochipilli, “el príncipe de las flores”, quien inspiraba a quienes se dedicaban a las artes y quien también era el señor protector de las plantas, de los juegos, de la danza y de los placeres.


En su representación, Xochipilli lleva tatuadas en su cuerpo algunas plantas y podemos verlo en trance, meditando, por lo que pareciera ser el consumo de las plantas sagradas. También era símbolo de fertilidad, de los juegos en la infancia y todas las expresiones de felicidad humana.

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