Tchaikovsky: del ballet a la música clásica

11.27.2019
El cuarto arte

Pyotr Ilyich Tchaikovsky es uno de los compositores más importantes de la historia de la música universal. Lo particular es que fue el primero de gran importancia que vio el ballet como un arte importante y como un espacio clave para el desarrollo creativo. Él creó la música de las obras más icónicas de la danza clásica: El lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces. Con la inmensidad de sus melodías no solo marcó la historia del ballet, sino que cambió la manera como se baila. Su música exige a los bailarines y transformó la estética de la danza.


Tchaikovsky nació el 7 de mayo de 1840 en Vótkinsk, una pequeña ciudad en los Urales (actualmente esta ciudad se encuentra en la república rusa de Udmurtia), donde su padre se desempeñaba como director de una fábrica minera. Los padres del futuro compositor eran aficionados a la música y en casa a menudo se organizaban conciertos de músicos amateurs. Alrededor se oían las canciones de los lugareños. Como escribió el mismo Chaikovski, “se crió en andurriales y desde la niñez se empapó de la belleza de la música popular rusa”, lo que más tarde se reflejó en sus obras.


La vida del músico se truncó bruscamente. A los pocos días de llegar a San Petersburgo para estrenar su Sexta sinfonía (“la Patética”), enfermó de cólera y murió el 6 de noviembre de 1893. Chaikovski fue enterrado en San Petersburgo, en el cementerio Tíjvinskoye del monasterio de Alexandr Nevski.

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