Gloria e infierno

10.30.2019
Opinión
“Los que nos prometen el paraíso
en la tierra nunca trajeron más
que infierno”, Karl Popper

Por Erubey Gutiérrez*

A lo largo de la historia de la humanidad, siempre han ido de la mano las creencias religiosas y el gobierno de las sociedades. Todos recordamos las infaltables tareas de la monografía de las culturas, y en ellas debías poner las actividades comerciales, los aportes artísticos, la forma de gobierno y la religión. Todo ello es parte del análisis de cada una de las etapas evolutivas de las civilizaciones. Sin embargo, a finales del siglo pasado y principios de este, se fue construyendo el concepto de que el Estado laico era aquel donde los gobernantes no debían tener religión alguna, y de ser así, no hacerla pública para garantizar la justicia e imparcialidad de sus actos sobre la sociedad en general.

Esta tendencia se fue dando en gobiernos mexicanos desde hace muchos años. Los presidentes se reservaban sus opiniones sobre el tema de las religiones y ni se diga acudir en público a servicios religiosos. Sin ser católico declarado, Carlos Salinas dio pie a la reforma constitucional que permitió el reconocimiento de las iglesias y reestableció las relaciones diplomáticas con el Vaticano, como un Estado soberano que tiene en el Papa su principal figura de mando. Es con Fox donde los protocolos de “laicidad” se pierden, él se declara católico y acude a misa cada domingo y en festividades de esa religión, incluso besa el anillo papal en la visita que le toca en su sexenio de Juan Pablo II. Calderón mantuvo recato de no hacerse ver tanto en los servicios religiosos, al igual que Peña Nieto. Esas mesuras se justificaban para evitar que los grupos políticos opositores, que tenían como parte de sus principios de doctrina política la laicidad e incluso el ateísmo, obvio hablamos de la izquierda como tal.

Pero ha pasado algo en los últimos dos años aproximadamente, incluso muy intenso en lo que va del año: el presidente López Obrador ha usado demasiado los conceptos religiosos para exponer su postura ante los hechos diarios de su gobierno y sus colaboradores. Contrario a lo que se esperaba de un político que militó muchos años en la izquierda, poco a poco, el discurso de cristiano protestante se ha incrementado ante cuestionamientos muy claros a causa de las fallas en la estrategia de seguridad, en las crisis de salud, en las dudas sobre sus programas sociales. “No es de buenos cristianos” ha repetido muchas veces desde las mañaneras o en su eterna gira de campaña que realiza cada fin de semana. El presidente ha dejado de ser una figura de autoridad, de control, de mando, de orden, para volverse un predicador, un pastor y, según con su declaración sobre compararse con Cristo por ser ambos “perseguidos”, ahora hasta se le puede definir como un iluminado… un mesías. La izquierda también se baña en agua bendita.

¿Pero qué problema puede causar que se use este lenguaje desde el gobierno de la República? Pues en teoría no debería pasar nada, el presidente tiene una religión personal, la cual se ha hecho más evidente a raíz de tomar protesta como primer mandatario, contrastando con el López moderado de los años anteriores y campañas pasadas, pero hasta ahí es su plano privado. Aquí el riesgo y el miedo van junto con algo que nadie puede negar (aunque si traducir a su modo): la realidad de un México en crisis de inseguridad, de salud pública y de polarización social. Es aquí donde el presidente se topa con la dura pared de los números rojos: incremento en el número de muertos por violencia, decremento en el plano económico, subejercicio presupuestal con recortes drásticos a planes, programas e instituciones, etc., etc. Cuando esto sucede, por más que el presidente diga que estamos “felices, felices, felices”, que México “va muy bien”, la Gloria que describe se oscurece con el Infierno que viven miles de personas por inseguridad, por enfermedad, por desempleo, por crisis económica familiar, por sus familiares desaparecidos o asesinados.

Hoy, donde muchos expertos y funcionarios encargados del análisis económico nacional e internacional auguran una recesión para el cierre de 2019, donde un grupo delictivo toma una ciudad para lograr impunidad, donde los robos diarios van al alza, usar la palabra divina no le va a bastar al presidente. Debe de empezar a gobernar y menos a predicar. Tomar en sus manos decisiones que ayuden a que el barco se nivele y deje de ir en picada. México aún no entra a una espiral oscura, pero si no se replantean muchas cosas… hay que sujetarse muy bien del tren, porque va de bajada.

*Licenciado en Ciencias Políticas

Redacción IMGErubey Arturo Gutiérrez Reyes

Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública con especialidad en Ciencias Políticas y Maestro enAdministración Pública. De joven estudié dos carreras técnicas que practique de forma independientes por algunos años, tanto la construcción como la producción agropecuaria, por lo que amo el campo y las zonas rurales de nuestro país. Durante mis primeros intentos de estudiar una licenciatura tuve acercamiento a la vida política delEstado de Morelos, en donde pude comprobar que era ese el ámbito profesional que debía seguir y por ello me decidí por la Ciencia Política. Se vivió de cerca muchos procesos electorales a nivel municipal, estatal y federal, y colaboré con gobiernos de los mismos niveles. Apliqué lo aprendido para beneficiar a la población, sugerí cambios y mejoras, asesoramos junto a otros compañeros sobre conflictos sociales y políticos, y apoyamos siempre la toma de decisiones apegadas a la ética política que tanto se ha perdido en estos últimos años. En 2012 decidí abandonar la política partidista y enfocarme en el análisis independiente y crítico, tanto en el plano nacional como internacional, esto me ha permitido aprender a ver a la política desde una cosmovisión más plural, integral y humana. Dediqué nueve años a la Administración Pública Federal dentro de una de las instituciones más consolidadas de México, que es el Instituto Mexicano delSeguro Social, en el cual aprendí la importancia de ver por la gente no con dádivas ni planes temporales de asistencialismo, sino con proyectos firmes y a largo plazo, con una visión de mejora constante y de enfoque humanista al estar tratando con algo tan sensible como la salud y el bienestar social de la gente. Viví el proceso de renovación del IMSS desde el clima laboral, la atención al derechohabiente, la agilidad en tramites vía internet, y principalmente en la mejora de las instalaciones y equipo médico. En estos años fuimos parte del proceso de contratación y compra para construir un hospital de tercer nivel, cuatro unidades de atención ambulatoria, cinco unidades de medicina familiar, y la remodelación integral de 10 hospitales y más de 25 unidades de medicina familiar. En el plano académico se tuvo la oportunidad de impartir clases a nivel secundaria y preparatoria de materias fisicomatemáticas, posteriormente me enfoqué en la capacitación a grupos sociales, a gobiernos municipales y a estructuras político-electorales. La capacitación, la formación, la educación en sí son primordiales para México y es algo que me apasiona. Hoy día me dedico a la asesoría profesional a empresas del ramo médico en materia de ventas a gobiernos e innovación de productos. Escribo análisis políticos en un blog personalhttps://erubeygure.wixsite.com/lavidaenpantuflas y en la página de noticias locales del estado de Morelos llamada “Sombrerazos” https://www.facebook.com/Sombrerazos/.

Entradas relacionadas