Los orígenes de Cielito Lindo, el segundo himno mexicano

9.3.2019
El cuarto arte

El tema más famoso de la cultura popular definitivamente es Cielito Lindo. Entonado en partidos, fiestas, encuentros o simplemente por gusto en cualquier parte del orbe donde hay un mexicano. Sin embargo, cómo nació su letra, quién y cómo surgió la inspiración para llegar a ella.

Su nombre era Catalina Martínez, maestra originaria del barrio de Tuyehualco, Xochimilco, y fue la musa que inspiró a Quirino Mendoza, el autor del tema que se ha convertido en el himno mexicano no oficial, reconocido alrededor de todo el mundo. Cuentan las crónicas tulyehualcanas, que Quirino Mendoza compuso Cielito Lindo en el año 1882; y si las cosas son como se cuentan, por ser fuente de inspiración, habría que dar crédito a ese lunar  que junto a la boca tenía Catalina Martínez, dama que después fue la esposa del compositor. No obstante, el registro de la canción ante la Sociedad de Autores y Compositores, se hizo muchos años después, ya bien entrado el siglo XX.

Aunque la letra claramente hace alegorías hacia el rostro y figura de la profesora, un análisis más profundo elaborado por Arturo Ortega Morán nos ofrece otra perspectiva, la conjunción de versos con origen andaluz que conjuntó Quirino en su obra, Cielito Lindo. Aquí el análisis:

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Origen de la letra de Cielito Lindo

Primera estrofa:

De la Sierra Morena, Cielito lindo, vienen bajando
Un par de ojitos negros, Cielito Lindo, de contrabando

La Sierra Morena que se menciona, sin duda se refiere a la que se dibuja en el sur de España y que es parte del paisaje andaluz. Abundan crónicas antiguas que cuentan que esa sierra era refugio de ladrones, que furtivamente bajaban y asaltaban a los caminantes. Por ejemplo, de 1617, hay un texto anónimo titulado: “Relación verdadera de las crueldades y robos que hacían en Sierra Morena unos gitanos salteadores”.

De esta circunstancia, el romanticismo andaluz hizo metáfora y nacieron estas coplas cantadas desde muy antiguo en los pueblos españoles, y que fueron recogidas por Francisco Rodríguez Marín, publicándolas en su obra Cantos populares españoles, 1882; irónicamente, el año en que se supone que Quirino escribía Cielito Lindo:

Todos los aragoneses han salido de Aragón
En busca de unos ladrones, morena, tus ojos son.

A tu cara le llaman Sierra Morena,
y a tus ojos, ladrones que andan por ella.

Tus ojos son ladrones que roban y hurtan;
tus pestañas, el monte donde se ocultan.
Tienes unos ojos negros retrecheros y ladrones
que salen a los caminos a robar corazones.


Por la Sierra Morena vienen bajando
unos ojiyos negros de contrabando
.

¡Vaya! Todavía más, en 1702, Fernando de Castro escribió  El pésame de Medrano. Ahí me encontré estos versos que también son un claro antecedente.

Por el Andalucía
vienen bajando,
unos ojuelos negros
de contrabando.

Así, de estos antiguos cantares andaluces, nacerían los versos que hablan de unos ojitos negros que, de contrabando, bajan por la Sierra Morena para robarse el corazón de algún indefenso enamorado.

En Las canciones del pueblo español. De Juan de Aguila (Unión musical española),Pàg. 29; se muestra este cantar popular con todo el sabor de las coplas andaluces, ojitos negros incluidos y sin faltar el olé característico.

Por la Sierra Morena viene bajando.
Viene bajando unos ojitos negros ¡olé!,
Dolores, unos ojitos negros de contrabando.

Bajando vienen unos ojitos negros ¡olé!
Dolores, unos ojitos negros que a mí me quieren.

Y eso lo dijo uno que estaba arando ¡olé!
Dolores, uno que estaba arando en un cortijo.

En la época colonial, miles de andaluces brincaron el charco y llevaron con ellos sus cantos, y el de los ojitos negros ladrones de corazones, no podía faltar. Esto explica por qué en el folclor de Argentina, encontramos un canto popular llamado “¡Ay que se va!”:

De las sierras morenas vienen bajando,
zamba, zamba, ¡ay…, que se va!

Unos ojitos negros de contrabando,
zamba, zamba, ¡ay.. ., que se va!

¡Ay que se va! Que se va, que se va, que se va….
Unos ojitos negros de contrabando, zamba, zamba, ¡ay… que se va!”.

CANTA Y NO LLORES…

¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.

Estos versos que forman el coro de Cielito Lindo, nos llevan a El libro de los cantares, que se publicó en 1860, y cuyo autor fue Antonio de Trueba. En esa obra se recogen estos versos, mostrando dos variantes:

Canta y serás bendito de cielo y tierra,
canta y serás salvado de la tristeza.
Canta y no llores,
que cantando se alegran los corazones

Y también:

Canta mi vida canta
Canta  y no llores,
que cantando se alegran los corazones

Esta copla también es mencionada por Francisco Rodríguez Marín en Cantos populares españoles (1882); y en una parte él escribe:

La música fue siempre grande remedio para alegrar los sanos y los enfermos. Vamos cantando, Para aliviar enfermos y alegrar sanos: “Canta, mi vida, canta: Canta y no llores; quecantando se alegran Los corazones.…

Así, nos enteramos de que el “canta y no llores, que cantando se alegran los corazones” no salió de la inventiva de Quirino. Una copla más de la tradición popular que se integró a este canto.

¿Y EL LUNAR?

Ese lunar que tienes, cielito lindo junto a la boca
No se lo des a nadie cielito lindo que a mí me toca.

No necesité buscar mucho, en Cancionero popular; coleccion escogida de seguidillas y coplas, Vol I.de Emilio La Fuente y Alcántara, publicado en 1865; quitándole el cielito lindo, viene citado tal cual:

Ese lunar que tienes  junto a la boca,
No se lo des a nadie que a mí me toca.
La copla aparece en el folclor de algunos pueblos españoles y también en el de diferentes países americanos.

CIELITO LINDO

Esta frase que da nombre a la canción, también la encontramos en algunas coplas antiguas. Una referencia la encontramos en las memorias de Mariano Abril, un periodista portorriqueño del siglo XIX que vivió exiliado en España. Narrando sus amoríos con una campesina boricua, escribió este fragmento en 1890 en El Heraldo de Madrid; aunque sus recuerdos son vivencias que él tuvo por el año 1876:

Se puso en pie, recogió su cántaro y se alejó por las calles de palmas y madreselvas, cantando la siguiente copla muy popular entre las campesinas puertorriqueñas:
Tienes unos ojitos,
cielito lindo y unas pestañas,
y una boca embustera cielito lindo con que me engañas.

En estas coplas que se cantaron muy lejos en espacio y tiempo de los dominios de Quirino Mendoza, ya aparece el cielito lindo como un elemento de estos cantares populares y sin irnos tan lejos, en tierras veracruzanas  se canta El butaquito, un son con todo el sabor jarocho y en donde las coplas de origen andaluz encontraron buen resguardo. Ahí aparece el cielito lindo, la Sierra Morena, el lunar junto a la boca y muchos otros elementos que se repiten en el Cielito lindo.

Cielito Lindo es y será un himno que se entona con el ingrediente particular del orgullo de ser mexicano. Cabe mencionar que dicho tema arroja regalías aún a los herederos, cuyos derechos de autor prevalecerán hasta e año 205. Actualmente es la nieta de don Quirino Mendoza, Gloria Mendoza de Moreno, es quien se ha encargado de cobrar las respectivas regalías de la canción, con un promedio de cinco mil pesos cada cuatro meses, dependiendo del número de reproducciones avaladas por la SACM.

Conjunto de versos andaluces o no, Cielito Lindo es el himno de la nostalgia mexicana.

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