La ganadora del premio nobel en física y química logró grandes aportaciones a la ciencia por sus estudios sobre la radiación y el descubrimiento del elemento Radio, pero el costo de sus investigaciones terminó siendo mortal para ella.
La exposición a altos niveles de radioactividad terminó llevándola a la muerte por anemia aplásica. Curie llegó a comentar que su laboratorio en la obscuridad emitía luces azules y verdes que en su momento no se conocía que fueran tan dañinos para la salud humana. De hecho, los restos de Curie tuvieron que ser dispuestos en una caja especial de grueso revestimiento de plomo para evitar afectar a quienes visitaran los alrededores de su tumba en París.
La necesidad de guardar las contribuciones de Marie Curie a la ciencia hizo tomar especial cuidado de sus notas: pues los cuadernos donde ella escribía sus investigaciones estuvieron tan expuestos a la radiación. Actualmente se tienen que guardar estos apuntes en un sótano, dentro de cajas de plomo y las cuales solo son permitidas manipular con equipo de la más alta seguridad debido a que más de cien años después, siguen siendo altamente radioactivos.
