López-Gatell, la apuesta de su vida

4.20.2020
Opinión
La semana pasada concluyó de una manera que de ninguna forma alguien hubiera imaginado. El máximo periodista de TvAzteca, Javier Alatorre, arremetió contra el secretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, al exhortar a la población para ya no hacerle caso al funcionario.

La reacción no se hizo esperar. Prácticamente todos los colores se abalanzaron sobre el trabajador de la empresa del Ajusco. Y finalmente el sábado 18 de abril, ya cerca de las 8 pm, Alatorre lanzó un tuit en el que reconocía al presidente López Obrador por su "defensa permanente por la democracia". Así, textual.

¿Por qué se "disculpó" con AMLO y no con el otro López? Sencillo, en la nota del viernes parecía una franca afrenta contra el gobierno federal.

¿Qué llevó al periodista a actuar de esa manera? Seguro intereses de Salinas Pliego que podrían verse afectados, por eso el arrebato. A penas la semana pasada el empresario y dueño de varias filiales lanzó una carta en la que prácticamente mandaba por un tubo el tema de la sana distancia, afirmando que sus negocios seguirían operando. El hecho se ganó una sobrada crítica de diversos sectores. ¿El consentido Salinas sintió que, ante la exigencia social, le clausurarían sus establecimientos? Es posible. Reitero: esto se trata de intereses.

A esto y mucho más se ha enfrentado López-Gatell, un hombre de ciencia que de botepronto se colocó en la palestra política y, mediante el uso de la academia, ha logrado hasta este momento medio esquivar los ataques por la respuesta tardía del gobierno federal ante la pandemia.
De momentos pareciera que a Hugo lo exponen diariamente como saco de boxeo. Las conferencias de todos los días a las 7 pm le han generado un tremendo desgaste, no solo por el cuestionamiento de los medios de comunicación sino porque otros hombres de ciencia, como el matemático de la UNAM, el Dr. Arturo Erdely, ponen en duda las cifras que informa el funcionario federal e incluso también pone bajo sospecha el ya famoso método centinela.
Sin duda el Subsecretario está enfrentando uno de los momentos más complicados de su carrera profesional, pues lamentablemente da la impresión de que la ciencia se ha tenido que doblegar ante el poder político, es decir, ante la opinión descarriada de su jefe. El Presidente de la República, en su aparente afán por sostener sus proyectos, llegó a declarar que el 17 de abril estaría superada la fase más crítica del COVID-19, pero para fortuna de todos, López-Gatell estaba sentado detrás de él y con un temeroso tono de voz pronunció “más o menos”. Esta sometimiento quedó de manifiesto con la famosa “fuerza moral” del Presidente.
Vaya, hasta objeto de situaciones “chuscas” se volvió. Basta recordar aquella ocasión en la que Hugo se dirigía caminando a Palacio Nacional, oportunidad que no perdieron reporteros para abordarlo y comenzar a cuestionarlo. En medio del merequetengue con los reflectores, un hombre en aparente estado inconveniente se acerca y le dice: oye, papi, ¿me puedes regalar un pesito para un taquito?.
¿Éxito o fracaso? En alguna ocasión Carlos Salinas de Gortari, en entrevista con Jorge Ramos, indicó que ningún Presidente de la República puede hacer un juicio sobre si mismo, “yo conozco mis aciertos y sin duda, mejor que nadie, mis errores”, enfatizó el exmandatario. Lo cierto es que el trabajo que pueda hacer el Subsecretario de Salud será premiado o castigado. Lo “ideal”, si las cosas le salen bien, es que lo convirtieran en Secretario de Salud, cuyo titular ha sido una absoluta nulidad en esta emergencia. En el peor de los casos lo van a despachar del gabinete o, si él lo prefiere, va a renunciar después de la fuerte exposición que tuvo y del golpeteo que recibió.
Es la apuesta más grande de su vida.
Redacción IMGDiego Parra

Politólogo egresado de la UAQ.

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