La matanza de Toxcatl

5.20.2020
Historia

Durante la Matanza de Tóxcatl, nobles indígenas fueron asesinados por los españoles mientras celebraban la fiesta o veintena de tóxcatl. Lo fiesta, también conocida como de la sequía, era considerada como la fiesta más importante del pueblo del sol: los antiguos mexicas.

Antes de salir de Tenochtitlan para combatir a Pánfilo de Narváez, Hernán Cortés dejó a cargo de Pedro de Alvarado una  comitiva de 130 españoles y numerosos tlaxcaltecas para cuidar que no escapara Moteczuma.

Alvarado, con mucha suspicacia y recelo, veía que los mexicas estaban inquietos por la proximidad de las fiestas de Taxcatl, ceremonia importante para ellos que caía el 20 de mayo; por lo que, antes de que iniciara la fiesta, Alvarado fue al teocalli donde vio a los sacerdotes que ornaban los templos, a tres ídolos en andas como si fuesen a sacarlos en procesión y junto a ellos tres víctimas destinadas al sacrificio.

Alvarado sacó a las víctimas y las llevó al cuartel; los mexica pensaron que su actitud se debía a que los españoles condenaban los sacrificios humanos. Pero Alvarado no los salvó, al contrario, los atormentó para que confesaran la fecha del supuesto levantamiento. A uno de los rescatados del sacrificio, le pusieron leños encendidos sobre la barriga y murió; los otros dos murieron también. Luego siguió con dos mancebos de la familia de Moctezuma, quienes dijeron cuanto quería escuchar Alvarado y lo que callaron lo dijo por ellos el intérprete Francisco, indio de Cuetláxtlan.

Este día 20 de mayo de 1520, los mexica inician las ceremonias de su fiesta de Toxcatl o renacimiento de Tezcatlipoca, en el Templo Mayor de la Gran Tenochtitlan. Unos cuatrocientos señores –desarmados todos- asidos de las manos bailan; poco más de tres mil los observan sentados.

Con la mitad de sus hombres, -la otra mitad la deja cuidando a Moteczuma que sigue preso,- se dirige al teocalli y cubre la puertas Coatepantli. Mientras, los mexica siguen bailando y cantando; de pronto, los españoles se lanzan sobre ellos espada en mano; hombres, mujeres y niños, nadie escapa de sus filos mortales. Sus aliados totonacas y tlaxcaltecas los siguen en la matanza.

Los que tratan de huir por las puertas son muertos por las picas de los españoles; los que escalan la cerca por los ballesteros y las flechas de los tlaxcaltecas. Todos son asesinados. El patio se inunda de sangre… luego, Alvarado quita sus joyas a los cadáveres de los danzantes, tarea que interrumpe porque ha sido dada la voz de alarma en la ciudad y los españoles tienen que responder a la indignación popular, deben fortalecerse y disparar sus arcabuces y piezas de artillería.

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