El juego de pelota mesoamericano se vuelve a practicar en la Ciudad de México, después de 500 años.
El lugar es en Azcapotzalco, en un terreno que fuera destinado a un basurero ahora es rescatado para revivir este antiguo deporte sagrado.
Esta alcaldía fue un importante señorío antes de la conquista, incluso su rey Tezozomoc cedió parte del islote del lago de Texcoco para que los recién llegados de Aztlán fundaran Tenochtitlán, sin embargo cuando los mexicas cobraron fuerza el territorio fue tomado por sus tropas para que les rindieran tributo.
Conocido como Ulama de cadera este deporte tiene una antigüedad de 3500 años en México y fue realizado por culturas como la mexica o maya con fines ceremoniales.
Se jugaba con una pelota de caucho de aproximadamente 20 cms. de diámetro y 4 kgs. de peso.
El número de jugadores podía variar de 2 a 7 en un área de 4 metros de ancho por 60 de largo.
Desde su origen la naturaleza de este deporte llevaba intrínsecamente una lucha de contrarios en la cancha donde se debatía la vida o la muerte, dado que cronistas del post clásico lo han ligado con sacrificios por medio de la decapitación.
