La estrecha relación entre rehenes y secuestradores: el síndrome de Estocolmo

5.18.2022
Historia

En 1973, dos atracadores lograron hacer que sus rehenes colaboraran con ellos e incluso que sintieran empatía, los hechos ocurrieron en Estocolmo, Suecia, después de este incidente se haría mundialmente conocido el síndrome de Estocolmo; el cual es un trastorno psicológico temporal que aparece en personas que han sido secuestradas y que consiste en mostrarse comprensivo e identificado con las ideas de los secuestradores.

Clark Oderth Olofsson, nació el 1 de febrero de 1947 en Trollhättan, Suecia; es un criminal sueco que ha recibido múltiples sentencias por intento de asesinato, asalto, robo y tráfico de estupefacientes, solo por mencionar algunas, esto lo ha llevado a pasar más de la mitad de su vida en prisión.

Desde los dieciséis años Olofsson llevó una vida delictiva, cometiendo varios delitos menores en el vecindario donde vivía, fue llevado a una institución para delincuentes juveniles en 1963 pero tan solo dos años después se las arregló para escapar junto con otros compañeros.

Un año después, en 1966, tuvo su primera sentencia en prisión real por agredir a dos policías, sin embargo su encierro no duró mucho ya que ese mismo año escaparía de la cárcel de Tidaholm.

Durante los años siguientes sería un ir venir de prisión por diferentes delitos, en 1969 se le acusó de participar en el asesinato de un agente policial, todo esto mientras asaltaba una tienda de bicicletas; después de dos semanas de eludir la justicia, fue encarcelado; pero teniendo un prestigio que mantener, huyó nuevamente, viajando y siendo detenido constantemente en Suecia.

Así pasaron 4 años hasta que en mayo de 1973 fue detenido y enviado a la prisión de Kalmar, ahí esperaría 3 meses para su próximo movimiento.

El 23 de agosto de 1973, Jan-Erick Olsson, retuvo a cuatro rehenes en el Kreditbanken en Normalmstorg, Estocolmo; Olsson conoció a Clark en prisión años antes; cuando Olofsson se enteró del atraco pidió a sus custodios que lo llevaran al lugar para negociar, la policía teniendo en cuenta su relación, accedió.

Ya en el lugar Olofsson se volvió parte del atraco quedándose dentro del banco, sin embargo los rehenes no se mostraban asustados ni en crisis, comenzaron a colaborar y actuar en contra de la policía sueca; después de seis días fueron liberados pero ninguno de ellos quiso testificar en contra de sus captores, incluso los defendieron.

Los rehenes llegaron a admitir que se sentían más en confianza con Olofsson y Olsson que con la misma policía, después de este caso muchos comenzaron a estudiar su comportamiento para posteriormente dar nombre al síndrome de Estocolmo.

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