A pesar de ser considerado uno de los asesinos más crueles conocidos de la historia, Adolfo Hitler también tenía su corazoncito y ahí vivía una sola mujer: Eva Braun.
Eva fue una mujer controvertida que decidió casarse con el ‘Führer’ en la madrugada del 29 de abril de 1945 bajo el replicar de las bombas que, de forma metódica, hacían llover los lanzacohetes múltiples ‘Katyusha’ y la artillería de campaña soviética. La boda se celebró antes de suicidarse.
Poco antes de su suicidio, Hitler dijo de Eva Braun:
“La señorita Braun es, además de mi perro Blondi, la única con la que puedo contar absolutamente …”
La boda más famosa del Tercer Reich, un matrimonio que muchos esperaban pero que Hitler no quiso hacer oficial hasta que vio que su hora de morir se acercaba, se sucedió en la medianoche del 28 de abril de 1945. Se decidió que la boda se celebraría en el salón de reuniones del búnker, la misma estancia en la que, día tras día, el «Führer» enviaba a miles de soldados a morir en el frente contra los rusos y desde la que no tenía reparos en fusilar a todo aquel que considerase un traidor de Alemania (independientemente de su edad y sexo).
Joseph Goebbels y Martin Bormann fueron testigos del enlace. Después de la ceremonia, los recién casados brindaron con champán. Luego Hitler dejó su desayuno de bodas para escribir su último testamento.
La guerra de Hitler estaba terminando, y había perdido. Para evitar la vergüenza de la captura, Hitler decidió suicidarse. Braun acordó morir con él.
Asimismo, la historia marca que al día siguiente, el 30 de abril de 1945, se suicidaron. Braun murió por ingerir veneno mientras Hitler se envenenó y se disparó. Sus cuerpos fueron llevados al jardín bombardeado detrás de la Cancillería del Reich, donde fueron quemados.
Eva
Eva Braun vino al mundo el 6 de febrero de 1912 en Múnich (Alemania). Hija de padres católicos, no pasaron muchos años hasta que fue enviada a un colegio de monjas; tras abandonar el convento, y con apenas 17 años, decidió cambiar drásticamente su porvenir y optó por cursar estudios en mecanografía y, posteriormente, por entrar a trabajar por un sueldo ínfimo en el taller del fotógrafo personal de Hitler.
Fue ahí donde conoció al Führer en 1929, un hombrecillo que, por aquél entonces, comenzaba a despuntar. Hitler correspondió a Eva, 20 años menor que él, con lo que, poco a poco, la relación fue tomando forma hasta que, antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, formalizaron su amor.
Los siguientes años fueron perfectos para la pareja, que vio acompañado su romance de las continuas victorias del ejército nazi sobre sus enemigos en media Europa. El dinero, además, entraba a por doquier, por lo que el «Führer» podía dar todos los caprichos a su novia (entre los que se incluían sus largas estancias en los Alpes Bávaros).
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