Iosif Stalin: el hombre de acero

12.2.2019
Historia

El siglo XX ha sido uno de los más convulsos y complicados de la historia de la humanidad y unos cuantos personajes fueron los que realmente cambiaron el ritmo del mundo. Odiado por muchos y respetado por otros cuantos, Iósif Stalin fue uno de esas figuras clave que movían la batuta para que la historia bailara a su compás.

Nacido en una familia de clase baja en la región de Georgia, por aquel tiempo parte del Imperio Ruso, tuvo una infancia relativamente complicada debido a las constantes enfermedades que le afectaban y al violento carácter de un padre alcohólico que culpaba a él y a su madre de los rumores sobre adulterio de esta. En sus primeros años encontramos una faceta casi romántica y mucho más profunda de lo que se podría pensar a primera vista para una persona como Iósif Stalin. Su amor por la naturaleza y su tierra natal fue sustituido poco a poco por el amanecer rojo que se levantaba en Rusia a través de los bolcheviques de Lenin.

Poco le costó al impetuoso Stalin destacar entre las filas del partido y llegar a ocupar puestos de relativa importancia. Su frialdad y carácter cruel en estos primeros momentos le valieron una fama merecida que acabaría por reflejarse a través de su mote o sobrenombre: ‘el hombre de acero’. Tras la muerte de Lenin, el nuevo dictador convirtió el PCUS en sus dominios personales y llevó a cabo una brutal purga contra cualquiera que fuese visto como un opositor. En lo económico, los planes quinquenales y la reforma industrial hicieron que la Unión Soviética sufriera un espectacular crecimiento que la convirtió en una superpotencia a la altura de los Estados Unidos.

Sin embargo, su mayor aportación fue el férreo liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial. El Ejército Rojo y la población civil de la URSS se convirtieron en una incansable oposición contra el avance nazi y fueron batallas decisivas en el frente este (como la de Stalingrado) las que provocarían la derrota de la Alemania de Hitler. Los primeros en entrar en Berlín fueron los acorazados soviéticos y en los años siguientes la política expansionista de Stalin supondría el comienzo de muchos de los grandes conflictos que traería la Guerra Fría.

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