Galileo Galilei: desafiando al santo oficio

11.22.2019
Historia

En las épocas de Galileo, el clero daba por cierta la teoría geocéntrica, la cual sostenía que la Tierra era el centro del universo y de que el Sol, los planetas y las estrellas giraban en torno a ella. No obstante, en 1543, Nicolás Copérnico publicó su obra “Sobre los giros de los cuerpos celestes”, la cual postulaba la teoría heliocéntrica de que la Tierra era la que giraba alrededor del Sol. Basándose en sus observaciones astronómicas, Galileo apoyaba dicha teoría. Sus obras fueron revisadas por el Santo Oficio y, en 1632, fue llamado a Roma.


En febrero de 1633, Galileo compareció frente al inquisidor Vincenzo Maculani. Tras semanas de cuestionamientos, la Inquisición lo halló "sospechoso de herejía", lo condenó a arresto domiciliario y lo obligó a retractarse de lo sostenido en sus escritos. Y en ese momento fue cuando, según la difundida creencia, Galileo pronunció en voz baja la frase "Y, sin embargo, se mueve", la cual era una especie de alegoría de que, sin importar cuánto se quisiera ocultar o negar una verdad, esta ocurre.


Pero la verdad es que la famosa sentencia no está registrada en ninguno de los archivos del juicio, ni tampoco en las cartas o escritos posteriores de Galileo. Tampoco existe ninguna crónica de la época que dé cuenta de ella ni queda asentada en la biografía de Galilei escrita por su propio discípulo, Vincenzo Viviani. Y diversos estudiosos concuerdan en que esta temeridad le hubiera costado la vida a Galilei.

Entradas relacionadas