La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) presentó la noche de este miércoles a los nominados de la edición 63 del premio Ariel de Plata, que el próximo sábado 25 de septiembre realizará la entrega a sus galardonados desde la Ciudad de México como sede y con transmisión en televisión abierta y redes sociales.
La actriz Ana Valeria Becerril y el actor Benny Emmanuel fueron los responsables de presentar al talento nominado en las diversas categorías, a las cuales se inscribieron 129 películas, de las cuales 58 son largometrajes (42 de ficción, 13 de documental y tres de animación), 60 cortometrajes (40 de ficción, 15 de documental y cinco de animación) y 11 iberoamericanas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, España, Guatemala, Paraguay, Portugal, República Dominicana y Venezuela. Como cada año, también se entregará el Ariel de Oro, que en esta ocasión será para la primera actriz Ofelia Medina por su trayectoria y para el sonidista Fernando Cámara.
Entre los filmes que lideran las nominaciones está el jalisciense “Los Lobos”, dirigido por Samuel Kishi Leopo, que competirá por las categorías de mejor actriz, co-actuación femenina, dirección, diseño de arte, edición, fotografía, guion original, música original, doble nominación en revelación actoral, sonido, vestuario y mejor película.
Otra de las películas con más nominaciones es “Selva Trágica” de Yulene Olaizola con 12 nominaciones, así como el documental “Las tres muertes de Marisela Escobedo” con siete posibilidades de galardón.
En total son 44 de películas nominadas, de las cuales 15 son cortometrajes y 29 son largometrajes, en tanto que 49 mujeres fueron nominadas y 92 hombres nominados.
"Los Lobos no son nada más un drama migratorio, es una película que también habla de la solidaridad, la formación de un hogar, la resiliencia, de la hermandad y el crecimiento", explica Samuel Kishi sobre los diversos frentes reflexivos del filme y de cómo desde la visión de dos pequeños hermanos se comprende la situación familiar y las cargas emocionales que experimentan sus padres.
"Esto es universal, el momento en que nos damos cuenta de las otras caras de nuestros padres, de que no nada más son nuestros papás, sino que son personas con deseos, frustraciones, con búsquedas, eso tienen Los Lobos, habla de la solidaridad, del lenguaje, de que a pesar de las barreras y fronteras de los idiomas, nos podemos entender por nuestra condición humana", agregó.
