El Ejército Trigarante y el desfile militar del 16 de septiembre

9.19.2020
Historia

Cada 16 de septiembre las Fuerzas Armadas de México realizan un desfile con la mejor indumentaria,, personal, equipo y vehículos, sin embargo, cuál es el origen de este espectáculo que, básicamente, tiene como objeto mostrar al presidente el poderío militar de la nación, así como ratificar su lealtad a la investidura presidencial.

Origen histórico del desfile militar

La historia se remonta al 27 de septiembre de 1821, fecha en que se conmemora la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, comandado por Agustín de Iturbide al frente de 16 mil jinetes. Acto a partir del cual nació la intensión de realizar dicho recorrido de las Fuerzas Armadas en la actualidad. Sin embargo, este acto data no desde 1821, sino de 1825.

Fue hasta el 16 de septiembre de 1825 cuando se realizó el primer festejo oficial por órdenes del Presidente Guadalupe Victoria, con una fiesta cívica y popular. La ruta partió del Paseo de la Reforma a Palacio Nacional, la misma que siguió el Ejército Trigarante. Desde entonces, el desfile marca la conmemoración de la entrada del Ejército libertario a la capital del país, en símbolo de la victoria obtenida por los llamados insurgentes. Aunque, fue hasta el presidente Lázaro Cárdenas que este acto se impuso como una tradición.

Sin embargo, ¿por qué el desfile se realiza el 16 y no el 27 de septiembre? Primero, porque así fue se ordenó en origen, como parte de la celebración del inició de la lucha independentista. Segundo, el hecho de que en la actualidad se conmemore dicho acto la noche del 15 de septiembre obedece a la voluntad de Porfirio Díaz, puesto que el grito, originalmente, se dio las primeras horas del 16. Porfirio Díaz ordenó que los festejos de la Independencia se recorrieron al 15 de septiembre para que coincidieran con la celebración de su cumpleaños. Sin embargo, el desfile no se movería de fecha.

El protocolo, una herencia de Porfirio Díaz

Originalmente, aunque se tenía el desfile como parte de la celebración de las fiestas patrias, no se emitía ninguna clase de grito. El primer antecedente sucedió en 1896, cuando la Campana de Dolores fue trasladada a Palacio Nacional, entonces, Porfirio ordenó a las Fuerzas Armadas realizar una Parada Militar, levantado agrado en la población que al año siguiente exigió se replicara el evento.

En 1910, al cumplirse 100 años del inicio de la independencia, Porfirio Díaz gritó desde el balcón central de Palacio Nacional: “Mexicanos: ¡Viva la república!, ¡viva la libertad!, ¡viva la independencia!, ¡vivan los héroes de la patria! y ¡viva el pueblo mexicano!”, pero al tocar la campana, ésta no sonó debido a que partidarios de Francisco I. Madero, quien en ese momento estaba preso, lograron ponerle un trapo al badajo.

De 1914 a 1916, durante la Revolución Mexicana, el desfile militar tradicional fue suspendido y en su lugar se hizo un desfile de las fuerzas revolucionarias.

Fue hasta 1930 cuando se realizó el primer desfile masivo, en el que participaron 25,000 efectivos e integrantes de la Fuerza Aérea Mexicana.

En 1935, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó que los desfiles militares del 16 septiembre se llevaran a cabo de manera ininterrumpida hasta convertirse en una tradición en México.

El 16 de septiembre de 1995 dos aviones T-33 y un F-5 chocaron durante las acrobacias aéreas, dejando un saldo de seis pilotos muertos y uno herido, por lo que la demostración acrobática fue suspendida durante 11 años. Fue hasta el 2007 que los aviones de la Fuerza Aérea volvieron a participar en el desfile.

Ese año también participaron por primera vez, contingentes comandados por mujeres de la Policía Militar.

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