Qué difícil es para un pueblo el evolucionar
hacia un mejor futuro si no conoce su historia…
“La historia la escriben los vencedores” tal como la escribió Orwell y como la entendió Churchill, la historia es una de las más bellas consecuencias de la evolución cerebral del sapiens, la cual se creó a partir de que tuvo la capacidad de crear un lenguaje, tanto corporal, como oral y sobre todo a través de la escritura. Con el paso del tiempo, hemos observado como eso que llamamos historia la escribe el bando ganador en una lucha sin matices por el poder.
Sin embargo, hoy para quienes pretendemos hablar de historia y de historias, debemos tener la capacidad y el compromiso para entender y compartir los contextos bajo los cuales dichos acontecimientos históricos se desarrollaron en su tiempo y en su momento, para no caer anacronismos, mediante los cuales habremos de someter a personajes y situaciones al cruel escrutinio de nuestros tiempos.
30 de Mayo de 1848.
La Consecuencia de una guerra que tuvo origen en los planes expansionistas de nuestros vecinos del norte y sobre todo en la poca o nula capacidad de atender a los territorios y habitantes del norte del país, lo cual fue originado por un sistema centralista de concentración del poder y toma de decisiones. La desordenada formación del naciente Estado Mexicano y las ínfulas de grandeza de nuestro Seductor de la Patria Antonio López de Santa Anna dieron por resultado la firma del Tratado de Velasco, con lo cual se dio la independencia de Texas, Tratado que no fue ratificado por el Estado Mexicano, lo cual sólo acrecentó los problemas existentes entre ambas naciones. Por lo cual, para 1847 que los estadounidenses invaden suelo mexicano y ante la división política existente en nuestro pueblo, para las fuerzas Norteamericanas posibilitó entrar sin dificultad a la capital de nuestro país, ondeando ya para septiembre su bandera en lo más alto del Castillo de Chapultepec.
“Los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, animados de un sincero deseo de poner término a las calamidades de la guerra que desgraciadamente existe entre ambas Repúblicas, y de establecer sobre bases sólidas relaciones de paz y de buena amistad, que procuren recíprocas ventajas a los ciudadanos de uno y otro país, y afiancen la concordia, armonía y mutua seguridad en que deben vivir, como buenos vecinos, los dos pueblos; han nombrado a este efecto a sus respectivos plenipotenciarios […] quienes […] han ajustado, convenido y firmado el siguiente Tratado de paz, amistad, límites y arreglo definitivo entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América”.
Calle Miguel Hidalgo número 29.
El párrafo anterior es la Introducción del Tratado de Guadalupe Hidalgo, mismo que fue Ratificado por ambas naciones un día 30 de mayo de 1848, en la casa ubicada en Calle Miguel Hidalgo No. 29, en el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, justo frente a la Escuela de Laudería. Un momento histórico para recordarnos a los mexicanos la importancia de tener un sistema federalista fuerte, donde las decisiones de las entidades atiendan precisamente a la realidad de todas y cada una de sus poblaciones, donde es claro que un control abusivo y excesivo desde el centro del país en cualquier momento terminará por molestar a los habitantes que han sido olvidados por la distancia de las decisiones de gobiernos centralistas.
Así mismo, este acontecimiento es muestra del rostro de la Doctrina Monroe de nuestros vecinos, cuántas veces en el curso de nuestra relación bilateral, con la intención de tener “relaciones de paz y de buena amistad” nuestros vecinos han intervenido en nuestro país escondiendo sus intenciones intervencionistas con dádivas a gobiernos débiles para presuntamente ayudarlos en los temas coyunturales de su momento.
Ejemplos hay varios: La guerra de Reforma y el Tratado McLane-Ocampo, y más recientemente La Iniciativa Mérida en 2008 en el marco de la “Guerra contra el Narco” de Felipe Calderón y actualmente el Plan de Cooperación con Centroamérica.
Covid-19 /2021
En el marco de la crisis sanitaria (y también económica) mundial originada por el virus Sars Covid-19, las relaciones bilaterales de nuestros países giran en dos temas, el primero la migración y el segundo la distribución de vacunas.
La promesa de cambio de las políticas migratorias que realizó a su llegada el Presidente Biden junto a la ineficiente y criminal actuación del gobierno de López frente a la pandemia, han generado que estos temas sean los que se encuentran en la agenda política. En este sentido, ambos gobiernos han tirado sus cartas para que cada uno pueda enfrentar su problemática y salir librado de la mejor manera posible. La necesidad de vacunas por parte del gobierno de López ha sido la moneda de cambio que Biden ha utilizado para emprender – de nueva cuenta- un plan intervencionista en nuestro país, ahora las fronteras de nuestro México están controladas por los agentes y las políticas migratorias de nuestros vecinos, a pesar de la violación a la Seguridad Nacional y de la Soberanía de nuestro país, vulnerando Derechos Humanos y Tratados Internacionales signados por el Estado Mexicano en los cuales nos hemos comprometido a la máxima protección de la dignidad humana de todo aquel que transite por el territorio nacional a lo cual no hemos cumplido.
El paralelismo
A más de 170 años de la ratificación en Querétaro de la separación de los territorios del norte, hoy el intervencionismo estadounidense continua, y a pesar de constitucionalmente estar bajo un sistema federalista, la realidad es que el poder se sigue ejerciendo de manera centralizada a través de un sistema presidencialista como en los viejos y buenos tiempos del PRI. Sin embargo, lo adicionalmente preocupante a esta situación son las consecuencias que puede tener el que en las fronteras mexicanas existan flagrantes violaciones a los derechos humanos de los migrantes ya no sólo centroamericanos, si no de diferentes partes del mundo.
Hoy México se ha convertido en el patio de atrás de los Estados Unidos, hoy somos ese muro que tanto presumió Trump que haría durante su administración, hoy hemos cedido una parte importante de nuestra dignidad como pueblo hermano y huésped de nuestros hermanos migrantes de todo el mundo a cambio de unas cuantas promesas de vacunas que puedan maquillar el desastre en materia de Salud Pública que existe en nuestro País. Habrá que seguir con puntualidad el desenlace que habrá de tener este nuevo paralelismo histórico, donde el espíritu intervencionista de ellos y el gobierno centralista e ineficiente de nosotros, de nueva cuenta repiten como protagonistas de una nueva y tristemente celebre historia.
